Jubilarse
Es una etapa de la vida en la que ya tu tiempo es solo tuyo, no de otros.
Cuando tu gran porcentaje de tu vida... siempre has estado ofreciendo tu tiempo a otros, sea a través de tus estudios u oficios... no es nada fácil reconfigurar tu tiempo de ocupación.
La ocupación de tu tiempo para hacer tareas a otros... por mucho tiempo... se hace adicción.
Jubilarse es someterse a la abstinencia de esa droga.
Cuan drogadicto hacerlo puede producir neurosis, depresiones, crisis emocionales, existenciales... pues no sabes que hacer con todo el tiempo para ti... no sabes como ocuparlo.
Esas crisis le afectan más a los hombres que a las mujeres... pues los hombres acostumbrados a estar siempre ocupados en la calle, no en su casa... cuando se ven enclaustrados en sus casas... no saben en que ocuparse.
Algunos hombres se van a reunirse con sus contemporáneos, a merodear por el pueblo donde viven... pero, tarde o temprano, deben enclaustrarse en sus casas... que se les convierte en un encierro, cárcel. No saben que hacer... pues los quehaceres de la casa por lo general son hechos por sus esposas, hijas.
Así, uno ve a viejos sentados viendo TV para matar las horas del día.
En ese comportar... fácil atraen las enfermedades propias de la vejez.
Suelen volverse gruñones, malhumorados.
Y lo peor es que en la jubilación vienen los encuentros con la soledad, que si de jóvenes no aprendieron a cultivarla, estar con ella... esa soledad es un monstruo que los agobia, aturde.
Quién jubilado, en especial los hombres, no aprenden, se involucran en los quehaceres de la casa... el trascurrir del tiempo se le hace tormentoso, salvo busque ocuparse en algún oficio que lo entretenga. Pero, tarde o temprano, el oficio debe dejarlo... ahí esa soledad que tanto evadió debe afrontar.
La vejez va minimizando la capacidad emocional para enfrentarse a ella, la soledad.
Valmore Vivas