Escalar una cima
Cuando desde el valle ves hacia la cima... te imaginas el reto, esfuerzo será llegar a ella.
Te apertrechas para iniciar la escalación.
Poco a poco... lo haces... con esfuerzo, tesón... paciencia, constancia, perseverancia.
Te cansas escalando... el aliento te falta... vas descansando sin perder de vista llegar a la cima.
Descansado... reinicias el sendero.
La cima te espera.
Cuando poco te queda... te súper emocionas... por el logro a conquistar.
Un paso más... por fin coronas la cima.
El sentir, emoción colma tu corazón.
En ella... en ese instante supremo... te extasias con el horizonte amplio visualizas.
Como toda emoción... poco a poco... se va extinguiendo.
El escalar te mantenía ocupado... motivado por el logro... por el éxtasis tendrías al llegar a la cúspide.
Ya hecha la escalación... coronada la cima... vivida la emoción, éxtasis... te preguntas:
¿Ahora qué me motivará?
Solo miras la amplitud del horizonte desde la cima... buscando la respuesta.
La vida es escalar siempre mil cimas... una tras otra. Son las cimas las que motivan al caminante a nunca parar... a estar siempre ocupado, útil.
Las cimas siempre están a la vista... de todos... unos caminantes las ven, otros ya no.
Valmore Vivas
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