Hay un dicho:
Hijo eres. Padre serás.
Cuando éramos hijos jóvenes no entendíamos a nuestros padres en sus preocupaciones, regaños nos daban.
Ellos repitiendo en parte su crianza recibida hacia nosotros la aplicaban.
Fuimos creciendo poco a poco... y poco a poco íbamos ampliando nuestro horizonte de aventura, recorrido.
Un día cuán aguiluchos en nido, aleteando nuestras alas ya con plumas... decidimos lanzarnos al abismo empujados por instinto de volar.
Guau... que alegría... volábamos... no lo podíamos creer imitando a nuestros padres.
Volamos en dicha... y alegres regresábamos al nido.
Poco a poco íbamos agarrando más confianza en el vuelo, poco a poco nos alejábamos más... hasta que llegó un día en que ya no regresamos mas al nido nos vio nacer.
Decidimos hacer nuestra vida... al nuevo horizonte veíamos... llevando muy dentro las enseñanzas nuestros padres nos dieron.
Los padres solos quedaron... los hijos a la vida se dieron.
Los padres una vez fueron hijos... igual hicieron con sus padres... el ciclo interminable se repite generación tras generación.
Los padres han de disfrutare a sus hijos mientras bebés, niños, adolescentes, jóvenes son... pues un día ellos querrán irse a hacer su vida, a vivir su aventura, su horizonte.
Dos generaciones donde poco a poco se fue abriendo el abismo de la contemporaneidad.
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