Una conversa sincera
El amor le dijo al odio:
- Por qué odias?
El odio contestó:
- Porque me da placer amargar mi ser y el de otros.
El amor le dijo:
- No te quieres ni a ti mismo ni a los demás.
Qué mundo de convivencia vas a construir?
El odio dijo:
- Ninguno, quiero que unos a otros se maten.
No quiero a la vida, ni a los humanos.
El amor lloró y dijo para su adentro, atónico:
- Dios nos salve de que el odio mande... es maligno.
Saludos cordiales,
AMOR, GRATITUD, ALEGRÍA
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