Reir, llorar.
Sentir alegría, tristeza, nostalgia, arrechera, desencanto, entusiasmo, motivación, ilusión y mil sentires más es parte del vivir.
Cuando se sienten... hay que vivirlos... son momentos nada más... que pasarán.
Lo esencial es no quedarse abollado en ningún sentir... pues son instantes que nos regocijan, nos hacen crecer.
Qué queda hacer?.
Vivirlos sin enrrollarse, sin obstinarse, sin endulzarse... pues todo pasa, todo enseña y la vida nunca se detiene... continúa con o sin cada uno de nosotros.
Pobre de quién se crea indispensable, el aliento de vida.
Basta observar el continuo acontecer en el tiempo una vez se han ido hombres y mujeres influyentes o seres queridos de nuestro lado.
Ahí el cultivo del desapego a cosas, a personas pues la vida nos las presta para transitar un trayecto y luego nos las quita.
Todo es prestado por la vida... y en cualquier momento nos pide su devolución.
Cada uno es un préstamo, todo nuestro entorno es un préstamo y como préstamo hay que devolverlo a la vida. Nada es tuyo, nada te pertenece todo será devuelto al TODO, incluso tú que al morir tu polvo se dispersará hecho vida en otros seres.
Cada uno de nosotros somos un tapiz perfecto de muchas vidas. Eres único como mezcla de todo. Eres dependiente del TODO, sin él no existes, si lo destruyes tú te destruyes.
Entonces... por qué apegarse a cosas, seres?.
Quién se apega se ata, sus alas corta, su vuelo no es alto y no disfruta de los instantes consciente y plenamente la vida le da. Sus ojos ciega, sus oídos ensordece, su olfato se hace inoloro, su gusto se hace insipido, su tacto insensible... simple... mata su sentir.
Saludos cordiales,
Valmore Vivas
Amor, Gratitud, Alegría
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