El Poder en manos de un rico

Quizás muchos no han tenido de cerca el trato déspota, vejador de un rico.., que por tener dinero a costa del sudor de muchos peones, esclavos, a costa de usurear.., se cree con el derecho de pisotear, vejar a los que considera bestias no humanos. Los que creen que poner en el Poder a un rico.., los va a llevar a vivir una vida digna.., y más en nuestro país Venezuela, con una élite parásita, sin visión empresarial, borrega a intereses internacionales, sin amor de patria.., de verdad, se quedaron con su mente peona, esclava, vasalla, de una autoestima muy baja, de temer a la libertad, de bendecir a la élite cuan sí fuera un Dios, cuan sin ella no son capaces de caminar. Estos inocentes no ven que la élite en el Poder velará es por SUS PROPIOS INTERESES y harán de la botija de la Nación su gran banquete, sin dar a basto a su avaricia, sin importar que el Pueblo sea más misero, pues ello aúna más a sus intereses al tener a la mano, a su merced a muchos esclavos míseros, capaces de trabajar sólo por un mendrugo de pan. Sino vean a los pueblos africanos hambreados, a lo que hoy están sufriendo los pueblos europeos, los pueblos que han sido invadidos para saquearle sus recursos naturales.., entre otros. El capital no tiene corazón, a los humanos los ve como cosas a ser usadas, explotadas y una vez exprimidos... LOS DESECHA como despojo. Esa élite, hecha de humanos, vienen de la nada, de la ignorancia.., no nacieron sabihondos, no son dioses. A la élite no le interesa el Pueblo, lo ven con desprecio, lo ven como proveedor de peones, esclavos..., incluyendo a la Clase Media, que la ven como un peón instruido, pagándole sueldos de miseria, vendiéndole bienes y servicios usureramente para cada día hacerla más servil, más necesitada, más pobre, más miserable, más arrastrada. Derretir la máscara de oveja del lobo feroz no es fácil. Por la ignorancia, por el dopaje a cada instante... unos pocos hacen de la tierra su paraiso y de muchos su suplicio, creyendo, estos muchos, al morir el cielo será su paraiso y el de pocos su infierno. Los pocos se ríen, mientras los muchos lloran. Valmore