Lo NOVEDOSO alegra, entusiasma, emociona, deslumbra.
Disfrútalo mientras el extasis te avive.
Poco a poco... se va opacando el deslumbramiento hasta que se haga RUTINA de vida.
La rutina convierte al humano en robot... en actuar automático.
Todo se hace normal. Los sentidos se apagan.
Un andino añora estar en la playa, frente al mar... recibiendo sol, calor, la brisa marina, el olor marino, ver el horizonte donde la vista se pierde.
¿Por qué?
Simple, vive entre las montañas... muy lejos del mar. Vive en un clima frío, con neblina, poco sol, lluvioso.
Que el andino venga a vivir a un pueblo costero. Al principio... alegría total, no sale de la playa, su color blanco lo tuesta a canela. Pura fiebre de novedoso. Pasa el tiempo, poco a poco va sintiendo el calor hiriente del sol, la sed le produce, la insolación se produjo. Poco a poco... deja de ir a la playa. De a raticos va. La alegría se le va opacando. Hasta llegar el día que de vaina se asoma a la playa. Se dedica a sus quehaceres.
¿Que le pasó al andino?
Simple, la playa dejó de ser añoranza, a la mano la tenía. Se le apagó su motivación.
Valmore Vivas
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