Caminar
Es una GRACIA.
Me relaja... sea corta o larga.
Me acuerdo cuando me operaron de la columna... en mi recuperación... sentarme era un dolor inmenso. Ir al baño era toda una proeza... pues dar un paso era un sacrificio doloroso.
Tuve que aprender a caminar... otra vez... paso a paso... usando una andadera.
Para volver a dar mis caminatas por el pueblo... empecé dando pasos alrededor de una butaca, luego alrededor de la sala. Subir escaleras no podía.
Luego pude salir a la entrada de la casa. Después dentro de la Urbanización empecé a caminar la calle por la acera. Los escalones me daban dolencia en la lumbar.
Luego me atreví a salir de la Urbanización... hacer recorridos cortos.
Fui agarrando resistencia, menos dolor. Así me fui alejando de la Urbanización para empezar a ir al pueblo. Lo hacía despacio, sin apuros.
Esa experiencia hizo tomará consciencia y aprecio de uno poder levantarse de la cama, sentarse, dar un paso y otro más, poder uno bañarse... poder uno caminar.
Moraleja
Las personas no valoran, aprecian lo que tienen hasta que las pierden... muchas veces para siempre. Claro, la VIDA nunca te desampara y te sumerge en otras vivencias inimaginables donde debes adaptarte, ver lo bueno no lo malo y dejar atrás lo vivido.
Valmore Vivas
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