Los días tienden a ser rutinarios... a ello uno se va acostumbrando.
Rutinas del hacer.
El hacer es lo mismo... tal cual variante va saliendo... pero el grueso es repetitivo.
A lo largo de nuestro existir van sucediendo aconteceres que nos sacan de la rutina.
Cuando se estudia... el iniciar y finalizar un año o semestre.
Cuando se trabaja... el cambiar de empresa o trabajo.
En el transcurrir... cuando se tiene la primera novia, uno se gradúa, se casa, nacer de un hijo, ida del hogar de un hijo, graduación del hijo, casamiento del hijo, nacimiento de un nieto y así mil sucesos más.
En los intervalos... se vive en una rutina de quehaceres.
Los aconteceres son como un relámpago... solo un instante deslumbra.
Cuando la vejez, ancianidad va llegando... los aconteceres tienden a ser cero... cayéndose en un quehacer mucho más rutinario.
El viejo, anciano tiende a crear rutinas a fin de convertirlas en hábitos, automatismos motivado por la pérdida de memoria va teniendo.
Así es la vida... que se le va hacer... amanece, mediodiza, atardece y nochese.
Cada etapa tiene sus propios afanes.
Valmore Vivas
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