Reflexión 245
El Gigante
sin piedad pisoteaba al enano.
Quería obligarlo a ser su fiel perro faldero.
El enano sin doblegarse... resistía.
El Gigante con crueldad arremetió contra su familia, huerta, casa.
Incendió su cosecha para matarlos de hambre, enfermedad.
El enano no se doblegaba.
Del cielo llegó un virus... sin mirar a quién... enfermó al Gigante y enano.
El Gigante empezó a sentir el sufrir le ocasionaba al enano.
Valmore Vivas
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