Tú eres el conocedor absoluto de tu ser y de tu espiritualidad.
Nadie más te conoce como tú mismo.
Por lo tanto, no prestes tanta atención al juicio infundado, temeroso e ignorante de los demás y sigue tu propio camino.
Cada vez que dejas de ser tú mismo por temor al juicio de otros, recuerda que estás dejando de amarte inconscientemente.
Y nadie merece que dejes de amarte para complacerlo.
Estás aquí para ser quien eres y alinearte con la frecuencia que te hace feliz, no para ser lo que otros pretenden que seas según su conveniencia o sistema de creencias.
Crea tú las reglas de tu vida y vive de acuerdo con ellas.
Quien deba quedarse, se quedará; y quien deba marcharse, se marchará.
No vendas tu alma por un gramo de aceptación ajena. Independízate de la aprobación de los demás.
Ve adonde desees ir, come lo que desees comer, viste como te guste vestir y expresa la verdad que quieras expresar.
En el momento en que lo hagas, verás quién está realmente y quién no estuvo nunca.
Quién te acepta incondicionalmente, respetando tus aprendizajes y el punto evolutivo en que te encuentras, y quién, desde el principio, tenía cargada la escopeta de los juicios y los reproches detrás de su apariencia "angelical".
No prolongues relaciones con personas que solo te admiten si comulgas con su "verdad" y su lista de mandamientos, sean del tipo que sean.
No permitas relaciones que no sean de igual a igual.
Si tú respetas al otro, también mereces ser respetado.
No te conformes con menos. ÁMATE.
Javier López
Almas Estelares
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